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martes, 25 de octubre de 2022

Las Carmelitas Descalzas de Jaén celebran la fiesta de su fundadora, Santa Teresa de Jesús.


El pasado sábado, 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús, el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, visitaba el Convento de Santa Teresa de las Carmelitas Descalzas de Jaén, para celebrar, con la comunidad de religiosas de clausura, la fiesta de su fundadora.
Numerosos fieles, entre ellos miembros del Carmelo seglar, se dieron cita en la iglesia de este convento del siglo XVII, el primero que recibió el nombre de Santa Teresa de Jesús, cuando ésta fue declarada beata. Después del rezo del Santo Rosario, daba comienzo la Eucaristía.
Concelebraron, además, el Capellán del Monasterio, D. Francisco Javier Cova, y el anterior Capellán, D. Andrés Santisteban; así como el Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz.
Los seminaristas también quisieron participar en la Santa Misa, que presidió la que la preciosa imagen de Santa Teresa, con los atributos de Doctora de la Iglesia. Precisamente, fueron ellos los encargados de las lecturas y la oración de los fieles. Los miembros del Carmelo seglar fueron los encargados de las ofrendas. Y el Evangelio fue proclamado por D. Francisco Javier Cova.

Vídeo completo de la Eucaristía en la fiesta de Santa Teresa de Jesús, fundadora
del convento de Carmelitas Descalzas de Jaén.

Homilía
Monseñor Chico Martínez comenzó su homilía haciendo referencia a las lecturas en la festividad de Santa Teresa de Jesús, que aseguró que “nos ayudan a comprender, a acercarnos a la gran figura de esta Santa, que también fue proclamada Doctora de la Iglesia por Pablo VI en 1970”. En este sentido afirmó que «Santa Teresa supo estar abierta a la Sabiduría verdadera, el amor de Dios, y la irradió a toda la Iglesia con sus obras y sus escritos”.

Asimismo, haciendo referencia al Evangelio, Don Sebastián explicó que Jesús da gracias al Padre porque «esconde estas cosas a los sabios y entendidos, y las revela a la gente sencilla». “La verdadera sabiduría no está en los orgullosos, llenos de sí mismos, sino en los que con sencillez de corazón, se abren a Dios, como Teresa que verdaderamente fue una «mujer fuerte», porque estaba llena de los dones de Dios y no confiaba en sus propios talentos, sino en la fuerza del amor de Dios”. Y continuó: “Santa Teresa tuvo siempre los pies en el suelo, pero, eso sí, el corazón en el cielo”.

  
  
  

El Obispo quiso subrayar, además, que Santa Teresa nos da lecciones siempre actuales para nosotros: fe, amor, unión con Dios, trabajo, realismo… “Los cristianos de ahora tenemos mucho que aprender de ella. Todo iría mejor en nuestra vida y en nuestra Iglesia, si pusiéramos nuestro corazón en descubrir el misterio de este Dios cercano que nos ama, si supiésemos entrar en esa realidad profunda de la Iglesia que es el Cristo Hijo de Dios y Hermano nuestro que nos lleva de la mano hasta el corazón mismo de nuestro Padre celestial por el camino sencillo del amor agradecido y correspondido con una infinita confianza y una obediencia sin límites”. Y añadió: “El testimonio de Santa Teresa de Jesús puede ayudarnos a descubrir la verdad profunda de nuestra fe, el camino para aumentar el vigor espiritual de la Iglesia, la fuerza transformadora y santificadora del amor de Dios que nos envuelve y nos da la vida verdadera y definitiva”.

Para culminar el Prelado manifestó: “Ojalá tuviéramos muchos padres cristianos, muchos sacerdotes y religiosos/as, capaces de presentar así la llamada de Dios y de Cristo al corazón inquieto y generoso de nuestros jóvenes. Ojalá tuviéramos en nuestras familias y parroquias muchos jóvenes dispuestos a vivir esta verdad profunda del evangelio de Jesús como camino de vida y de salvación, en la vida retirada de un monasterio o en el ajetreo diario de una vida seglar transformada y fortalecida por la acción santificadora de Cristo en nosotros, que nos ama infinitamente”.

  
  

Por su parte, la comunidad de Carmelitas Descalzas quiso dar gracias a Dios por ese momento tan especial y agradecer la presencia del Obispo en esa tarde. Además, prometieron continuar orando, desde su clausura, para dar frutos y esperanza, en medio de este mundo.
El Obispo quiso, también, agradecerles “todo lo que hacéis para continuar siendo una comunidad viva y, sobre todo, por todo lo que le aportáis a la Iglesia de Jaén”.
Tras la bendición final, los fieles pudieron venerar las reliquias de Santa Teresa de Jesús que posee este convento. Y, finalmente, pudieron saludar y departir con el Obispo y felicitar a la comunidad de vida contemplativa.

Texto: gentileza Diócesis de Jaén.
Vídeo y fotografías: Modesto Martínez.

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