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martes, 9 de noviembre de 2021

Martín Lorenzo Paredes Aparicio nos presenta "Cuentos y Crónicas del Lagarto de Jaén". El acto tuvo lugar en la Biblioteca Pública Provincial el pasado jueves 4 de noviembre.


A la presentación acudieron amantes de la historia y tradiciones de nuestra ciudad, entre los que destaco (y perdonad el resto, si por omisión olvido nombres, debido a mi mala memoria) Agustín Moral, director provincial de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), Antonio Losa, concejal del Ayuntamiento de Jaén, Nana Salcedo, presidenta de la A. VV. Jabalcuz, Agustín Megía, vocal de la A. VV. Torre del Concejo, Remigio Delgado, Tesorero de IUVENTA, amigos y ciudadanos de Jaén, que sintieron interés por el sugerente título del libro y no quisieron perderse la presentación. El Delegado Provincial de Cultura y Patrimonio Histórico excusó a última hora su presencia, debido a problemas de agenda.

  

Tras una breve introducción de Francisco Ruíz Funes, del Centro Andaluz de las Letras, Tomó la palabra Rafael Cámara, presidente de IUVENTA, que hizo una magnífica presentación de la obra, y que leyó el epílogo de dicha publicación, que resultó de lo más interesante, y que reproducimos en su integridad en este artículo.


Se nos cuenta en la contraportada del libro que, “Los cuentos y crónicas del lagarto de Paredes”, se pasean con nostalgia y melancolía por el viejo Jaén que fue y todavía puede volver a ser, pues la esperanza envuelve de forma explícita el alma de los cuentos. A través del Lagarto de Jaén, el autor inventa historias, en las que el animal es el protagonista. Para tal fin no duda en resucitar al ilustre dinosaurio, que con delicada calma y sabiduría nos va descubriendo el inmenso patrimonio –muy descuidado a veces- y las tradiciones de una ciudad milenaria, nacida del cobijo de una sierra de leyenda.

Os dejamos seguidamente con el vídeo completo de la presentación de “Los cuentos y crónicas del lagarto de Paredes”, que al final finalizó en un interesantísimo debate entre asistentes y autor (uno de los objetivos primordiales de la publicación), y que resultó también de lo más interesante.

Vídeo completo del acto de presentación del libro "Cuentos y Crónicas del Lagarto de Jaén", de Martín Lorenzo Paredes Aparicio.

Para finalizar, reproducimos el epílogo de la publicación, escrito por Rafael Cámara, y que dice así.

EPÍLOGO “CUENTOS Y CRÓNICAS DEL LAGARTO DE JAÉN”

La leyenda del Lagarto de la Magdalena forma parte del imaginario colectivo de la ciudad de Jaén. Su protagonista ha inspirado estudios, publicaciones, poemas, esculturas… El binomio Lagarto-Jaén está tan arraigado que, durante siglos y de diferentes formas, se ha relacionado la fisonomía, las funciones o la distribución de la urbe con la figura del Lagarto. En el año 2009, tras una votación popular, auspiciada por el Bureao Internacional de Capitales Culturales, la leyenda se convirtió en uno de los diez tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de España. Cuenta incluso con un “Día Oficial del Lagarto de la Magdalena”, cada 2 de julio, aprobado por el Ayuntamiento en pleno. Expresiones populares (“así revientes como el Lagarto de la Magdalena”), un Festival Lagarto Rock, alguna tertulia literaria (“El Lagarto Bachiller”) o el nombre de la cerveza más antigua de la capital, entre otras. Todo lo anterior viene a demostrar la íntima conexión del giennense con este mito universal (mito del dragón), transformado en símbolo local.
Si bien la tradición oral parece ser muchísimo más antigua, la primera mención escrita, que sepamos, es de 1628, obra de Pedro Ordóñez de Ceballos y publicada por Bartolomé Jiménez Patón:
“Un pastor dio en pensar una industria con que acabase con ella (la sierpe) y al fin la halló y fue que desoyó un cordero cerrado, dexándole los estremos y llenóle de yesca, ensangrentando la piel, porque pareciese cordero muerto y pegando fuego a la yesca dio un silvo y se apartó. Salió la sierpe, engullose el cordero fingido, la yesca le abrasó las entrañas y le hizo reventar, con lo cual cesó el peligro y se celebró la memoria del industrioso pastor, pues hoy dura pintada en la fábrica de la fuente”.
Aclarar que el héroe, en este caso el pastor, varía según que versiones, al igual que otros elementos, que ahora no vienen al caso. Destacar también que, al parecer, los términos sierpe y dragón eran sinónimos en la antigüedad. Cuando hablamos del Lagarto de la Magdalena estamos refiriéndonos a un dragón o sierpe de gran tamaño, que tenía su guarida en la Fuente de la Magdalena, monumento que ha llegado hasta nuestros días y que tiene su origen, muy posiblemente, en un ninfeo romano.
Con estos antecedentes no resulta extraño que el Lagarto de Jaén, o Lagarto de la Magdalena, aparezca en una nueva publicación, la que el lector tiene entre sus manos, en la que Martín Lorenzo Paredes Aparicio, inspirándose en la bestia que aterrorizó al Jaén legendario, ha sido capaz de generar un nuevo personaje literario preñado de buenas intenciones, con poderes mágicos, guardián y defensor de su ciudad. ¿Quien mejor para defender lo jaenés que uno de nuestros más preclaros iconos locales?.
La lectura de los Cuentos y Crónicas del Lagarto de Jaén nos ha trasladado, reiteradamente, la belleza latente de una ciudad adormecida y dolorida, cómo si se hubiera querido ocultar, quizá intencionadamente, a sus propios naturales. Martín Lorenzo Paredes ha tratado de despejar la maleza que oculta el enorme potencial histórico, cultural y patrimonial de Jaén pero, también y sobretodo, los valores inmateriales que encierra y que, de forma natural, enlazan directamente con los sentimientos de identidad y autoestima de los jaeneses. El autor nos describe, desde su propio sentimiento, una parte de la esencia de Jaén.
En esta publicación el Lagarto sigue vivo, no murió en épico reventón. Ha dejado la Fuente de la Magdalena para residir en las oquedades subterráneas del desaparecido Convento de la Santísima Trinidad. Pero sigue siendo lo que siempre fue, un dragón verde y grande que, en estos relatos, casi siempre se manifiesta bajo la luna llena y precedido de mágicas brumas, abandonando su escondite en busca de un Jaén que, para las generaciones actuales, se ha perdido en gran parte pero que, en gran medida también, aún podría regenerarse.
La prosa poética de Martín Lorenzo Paredes nos ha transmitido sensaciones e impresiones intrínsecamente conectadas a la historia y tradiciones giennenses. Sus letras recorren, más bien acarician calles, monumentos, tabernas, leyendas, problemáticas actuales, personajes históricos… de un casco antiguo que necesita la acción de ese Lagarto que idealiza y nos propone. La melancolía y sentimientos que inundan algunas narraciones remueven la conciencia del lector, instando a que nos revelemos contra la desidia e inacción de décadas, en favor de nuestra seña de identidad más destacable: el Conjunto Histórico de Jaén.
A tenor de estas crónicas y cuentos nuestro Dragón de Jaén, el Lagarto de la Magdalena, no murió. No hubo héroe que salvara a Jaén del insaciable apetito de la bestia. El Lagarto que se gesta en la mente de Paredes Aparicio es noble, capaz de esconderse fuera de su guarida natural, transformándose en personajes que temporalmente oculten su verdadera identidad o incluso sacrificándose de forma periódica en una Lumbre de San Antón. El Lagarto que ha creado el autor de esta publicación es el deseo, hecho narración, del surgimiento de una figura, elemento o situación que revierta la inercia en la que el patrimonio histórico de Jaén se ha visto inmerso.
Martín Lorenzo Paredes Aparicio parece observar a Jaén desde un mirador privilegiado del casco antiguo. Se intuye la magia de una tribuna física, y sensitiva, sobre la ciudad antigua, desde la que el autor ha sabido derramar su imaginación. Pienso que debe ubicarse a medio camino entre la Ropa Vieja (cantón de la actual calle Alcalá Wenceslada) y la Plaza Rosales. Escribe desde el corazón del Lagarto, desde sus propias entrañas, al borde del traicionero “reventón” pero conteniendo una ira que es capaz de transformar en prosa poética.
Sólo los más conocedores de Jaén y sus cosas habrán podido entender algunas menciones concretas sobre espacios que han cambiado de nombre, o que ya no existen, o incluso algún apodo antiquísimo, entre otras cuestiones. El autor nos guía por unas “veredas raudalianas” en las que el iniciado comprenderá cosas que no todos verán, lo que no es óbice para que cualquiera pueda disfrutar de esta lectura.
Parafraseando a Paredes Aparicio: “El lagarto y el poeta son antiguos conocidos”, y “el gran Dios, que quería bien a este Jaén cainita, dio vida a la ilusión del poeta”. De ese modo “el mágico lagarto surgió por la gracia del Señor” con la misión de velar por el alma de la ciudad.
Así se describe, a sí misma, Jaén: “ciudad denostada por sus propios habitantes y admirada por el viajante que arriba de tierras extranjeras y mira desde arriba -desde la fortaleza de Santa Catalina- la decadente y elegante hermosura de mi bello y singular urbanismo: estrecho y serpenteante como mi padre el verde y jurásico dinosaurio”.
Desde la licencia que se me permite al redactar este epílogo, y en sintonía con los deseos del autor, les adelanto que estas Crónicas y Cuentos finalizarán con un Lagarto de la Magdalena que dejará de salir exclusivamente en las noches de luna llena y no se esconderá más tras brumas que difuminen la ubicación de su escondite. Este Lagarto del que hemos disfrutado, y que ha contribuido a reafirmar nuestro compromiso con Jaén, de bellos ojos verdes y mirada tierna, retornará a su residencia, a su acuífero subterráneo, en el Ninfeo de la Magdalena. Y de esa fuente brotará de nuevo la esperanza, en caudaloso reguero de autoestima, generando la necesidad y el sentimiento afín a la recuperación del casco antiguo, de nuestra identidad y del orgullo de ser residentes y/o naturales de una capital histórica y varias veces milenaria.
Entonces tomaremos empeño en que los pensamientos que denostan, atenazan, invalidan, dilapidan… la identidad, el paisaje tradicional, los monumentos o las tradiciones del Conjunto Histórico de Jaén, fenezcan en mágico “reventón”, como el de aquel otro Lagarto del que, en heroica gesta, supimos deshacernos los jaeneses.
Como bien escribe el autor: “todavía hay esperanza de ver una aurora blanca en la lontananza”.

Rafael Cámara Expósito.
Un “Hijo del Lagarto”.
Jaén, diciembre de 2020

Fotografías: José Luís Carreño.
Vídeo: Modesto Martínez y José Luís Carreño.
Textos: Rafael Cámara, Martín Lorenzo Paredes y Modesto Martínez.

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